La nueva y agresiva política comercial del presidente Donald Trump, que impone aranceles universales a casi todos los bienes importados a Estados Unidos, promete redefinir la economía global. Sin embargo, más allá del impacto visible en los precios de los bienes de consumo, esta medida de proteccionismo extremo esconde una consecuencia indirecta y profunda para uno de los sectores tecnológicos más pujantes, como el de bitcoin (BTC) y las criptomonedas.
La Casa Blanca, el jueves 31 de julio, anunció un sistema arancelario de múltiples niveles. Esto consiste en una tasa base del 10% para países con los que EE. UU. tiene superávit comercial, y un arancel mínimo del 15% para las cerca de 40 naciones con las que mantiene un déficit.
Por ello, países como China, México y Canadá enfrentan tarifas aún más elevadas, que oscilan entre el 25% y el 35% en ciertos productos, consolidando una ruptura con décadas de políticas de libre comercio.
El nuevo arancel entrará en vigor el 7 de agosto. Y, entre otros sectores, resultará perjudicial para la industria de los activos digitales como bitcoin, ya que son parte de un ecosistema que depende de una infraestructura física muy tangible: los equipos de minería.